Cómo facilitar las visitas al veterinario para ti y tu gato

CÓMO FACILITAR LAS VISITAS AL VETERINARIO PARA TU GATO

Las visitas regulares al veterinario son importantes para la salud de tu gato, pero estas visitas a menudo se convierten en una molestia para ti y en una pesadilla para tu gato.

A la mayoría de los gatos no les gusta especialmente ir al veterinario. Si tu gato hace ruido o deja algunas marcas de garras frescas con la mera mención de un viaje al veterinario, ¡no estás solo!

Afortunadamente, hay algunos pasos que puedes seguir para que las visitas al veterinario sean más fáciles para ambos.

Antes de la visita: acostumbra a tu gato al transportín y al veterinario

Un transportador seguro para gatos es imprescindible para viajar con tu gato. Transportar a tu gato sin uno puede ser peligroso para ambos.

Sin embargo, simplemente arrojar a su gato en el transportador y salir por la puerta tampoco es una buena idea. Prepara a tu gato para la próxima visita al veterinario con anticipación asegurándote de que el transportador sea un lugar seguro y protegido.

  1. Comienza colocando el transportín donde tu gato pueda entrar y salir cuando quiera. Coloca una manta suave o una cama adentro para que sea cómoda.

  2. Intenta usar golosinas para atraer a tu gato hacia él, o incluso aliméntalo con comidas regulares en el transportador. También puedes rociar Feliway dentro del portabebés para hacerlo más deseable. Incluso puedes usar hierba gatera para animar a tu gato a entrar en la jaula.

  3. Una vez que tu gato se acostumbre al transportador, considera llevarlo al veterinario para una visita de «conocimiento». Esto le dará a tu gato la oportunidad de acostumbrarse a la oficina sin asociar el hospital con inyecciones y otras experiencias desagradables durante cada visita.

  4. Habla con el personal del hospital para averiguar si hay un momento lento durante el día en el que tu visita no interrumpa. Los miembros del personal pueden incluso pasar tiempo haciéndose amigos de tu gato.

En el Hospital Veterinario

Idealmente, el hospital veterinario tendrá un área de espera separada para gatos. Aprovecha esta área, si está disponible, para que tu gato no tenga contacto con perros u otras mascotas desconocidas en el área de espera. Si esta área no está disponible, una toalla colocada sobre el transportador de tu gato bloqueará su vista mientras espera.

La mayoría de los hospitales que atienden gatos intentarán que el tiempo que pasen en la sala de espera sea lo más breve posible. Debes mudarte a una sala de examen con tu gato lo antes posible.

Una vez en la sala de examen, tu gato debería poder salir voluntariamente del transportador si así lo desea. Mientras la sala de examen sea segura y tu gato no pueda escapar, puedes permitirle explorar la sala.

Si tu gato no sale de la jaula por voluntad propia, tener una jaula plegable para que se pueda quitar la parte superior de la jaula hará que el manejo de tu gato sea más fácil para el personal veterinario (y menos atemorizante para tu gato) que ser jalado a través de una pequeña puerta de la jaula o “desalojado” fuera de la jaula.

Busca un hospital veterinario cuyo personal sea amable y paciente con tu gato. Deben tener experiencia en el manejo de gatos de cualquier tipo de personalidad. Si tu gato está muy asustado, la sedación para el examen puede ser una alternativa que vale la pena considerar.

¿Cómo mantienes a tu gato tranquilo durante las visitas al veterinario? ¿Tienes alguna técnica especial o trucos? ¡Háganos saber en los comentarios a continuación!

 
 
 
 
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