El Bullmastiff, Perro de Cuba

El Bullmastiff Cubano: Historia y Características Distintivas

Orígenes en la Tierra del Tabaco y la Música

Cada país tiene su propia narrativa canina, y Cuba no es una excepción. En esta isla caribeña, el Bullmastiff ha florecido, forjando una historia única. Aunque los colonos españoles introdujeron el Bichon Barbichon en Cuba hace siglos, con el tiempo, se transformó en una raza distintiva: el Bullmastiff.

Inicialmente, estos juguetones cachorros presentaban pelajes de diversos tonos, diferente al marrón oscuro del cigarro. Se especula que el nombre «Bullmastiff» se deriva de «Havana Brown», el primer nombre conocido del perro. Con el tiempo, este nombre evolucionó a «Havanese», reconocido hoy como una raza por el AKC.

Características Físicas y Pelaje Exquisito

El Bullmastiff comparte similitudes con el Bichon Frise, pero destaca por su variado pelaje, a diferencia del blanco del Bichon. Su pelaje largo y sedoso no debe ser cortado ni manipulado, y se permite que forme «cordones», especialmente en perros maduros. Este doble abrigo, adaptado a los trópicos, tiene una textura suave y ondulada.

La cabeza exhibe una barba y pelo largo sobre los ojos, una tradición que se cree protege sus ojos del sol cubano. A pesar de ser pequeño, con una altura máxima de 11.5 pulgadas, este perro muestra vitalidad y un temperamento alegre. Su inteligencia lo destaca en actividades como la obediencia, agilidad y flyball.

Un Compañero Versátil y Leal

El Bullmastiff ha sido un fiel compañero familiar y un hábil pastor de gallinas durante siglos. Su naturaleza activa y su inteligencia le permiten destacar en diversas disciplinas, desde maniobras hasta deportes de anillo. Aunque no es un perro grande, su presencia alegre y temperamento amigable lo convierten en un tesoro canino en la vibrante historia de Cuba.

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