Mural «Becky» en San José: Arte Felino que Calma el Tráfico

En el barrio Julian-Saint James de San José, un vibrante mural de gatos titulado «Becky» ha capturado la atención de la comunidad y ha tenido un impacto inesperado en el tráfico. El mural, creado por el artista Roan Victor, presenta a un humano sosteniendo a su querido guepardo esponjoso, y ha sido aclamado tanto por su belleza como por su efecto en la velocidad del tráfico.

El Dancing Cat, un salón y centro de adopción de gatos cofundado por Ann Chasson, fue la entidad que encargó el mural a Victor. El centro, que también sirve como espacio para interactuar y adoptar gatos, había reducido sus operaciones durante la pandemia de COVID-19.

«Becky», el gato representado en el mural, es la mascota personal de Roan Victor, quien lamentablemente falleció hace algunos años. Según Chasson, «el gato, Becky, representa al gato de Roan, pero la persona representa a la comunidad, a todos nosotros».

El mural fue presentado durante una ceremonia especial de corte de cinta el 23 de octubre de 2021, y contó con la presencia de residentes locales, el propio artista Roan Victor y su esposo, el también artista Sean Boyles.

Uno de los aspectos sorprendentes del mural, según Chasson, es su impacto en la velocidad del tráfico en la intersección. Los conductores que pasan por la zona han reducido drásticamente la velocidad, impresionados por la belleza del mural.

Roan Victor supervisó personalmente la creación del mural junto a un pequeño equipo de artistas, logrando completar la obra en menos de un mes. Tanto Roan como su esposo se consideran auténticos «gatos» y son amantes de estos animales, llegando a tener «siete gatos ahí fuera» en todo momento.

La cofundadora de Dancing Cat, Mary Rubin, elogió la elección de Roan Victor para el proyecto, destacando su contribución creativa a la comunidad desde 2015. «Roan ha sido miembro fundador de nuestra comunidad», dijo Rubin. «Parte de la identidad de Dancing Cat es la creatividad que nos brindaron Roan y Sean».

El mural no solo embellece el vecindario, sino que también celebra la conexión entre la comunidad y los felinos, ofreciendo un espacio donde la gente puede interactuar y llamar la atención de los gatos. La iniciativa demuestra cómo el arte puede tener un impacto positivo en la estética y el ambiente de una comunidad, y en este caso, incluso en el comportamiento del tráfico local.