¿Perro vomitando amarillo? Lo que debe saber sobre el ‘sódromo de vómitos biliares’

Algunos perros muestran una tendencia a vomitar en las primeras horas de la mañana o al inicio de la noche, presentando una pequeña cantidad de vómito, generalmente amarillento y espumoso. Este fenómeno, comúnmente conocido como «vómito de bilis con el estómago vacío», tiene un nombre médico más preciso: el «síndrome de vómitos biliosos». La bilis, un líquido producido por el hígado para ayudar en la digestión, regresa al estómago en lugar de permanecer en el intestino delgado, causando irritación en el revestimiento estomacal.

Causa Teórica:

La causa precisa del síndrome de vómitos biliosos aún es desconocida, pero una teoría ampliamente aceptada implica la combinación de una disminución en la motilidad estomacal y un esfínter débil entre el estómago y el intestino delgado. Esto permite que la bilis se desplace en sentido contrario al estómago, irritándolo y provocando el vómito.

Otras Causas de Vómitos:

Dado que el vómito puede ser un síntoma de diversas afecciones, es crucial descartar otras posibles enfermedades antes de atribuirlo al síndrome de vómitos biliosos. Algunas de las condiciones que podrían causar vómitos crónicos incluyen:

  • Enfermedad de Addison (glándulas suprarrenales hipoactivas)
  • Cáncer
  • Alergias alimentarias
  • Cuerpos extraños gástricos
  • Gastritis / Úlceras
  • Helicobacter pylori (bacteria causante de vómitos crónicos)
  • Hernia de hiato
  • Enfermedad inflamatoria intestinal (EII)
  • Parasitosis intestinal
  • Pancreatitis
  • Fisalopterosis (infección con gusanos estomacales)
  • Cuerpos extraños intestinales

Diagnóstico y Tratamiento:

El diagnóstico comienza con un examen físico y análisis de sangre, incluyendo pruebas específicas para descartar enfermedades como la enfermedad de Addison y pancreatitis. Otras pruebas, como radiografías, ecografías abdominales, endoscopias y biopsias, pueden ser necesarias según los resultados iniciales.

Para descartar alergias alimentarias, se recomienda una dieta de prueba con proteínas hidrolizadas. La presencia de gusanos estomacales (Physaloptera) puede requerir un tratamiento empírico, ya que no se detectan fácilmente en pruebas fecales de rutina.

En casos de infección por Helicobacter pylori, la diagnosis puede ser desafiante, y se puede considerar un tratamiento empírico. La metoclopramida, cisaprida o eritromicina, junto con gastroprotectores como el sucralfato, pueden ser utilizados para mejorar la motilidad gástrica y reducir la sensibilidad estomacal.

En resumen, aunque el síndrome de vómitos biliosos se considera una afección benigna, es esencial abordar cualquier malestar crónico en los perros y realizar un diagnóstico adecuado antes de iniciar un tratamiento específico. Con pasos graduales, como proporcionar pequeñas comidas antes de acostarse, dividir las raciones diarias en porciones más pequeñas y utilizar medicamentos según sea necesario, muchos perros pueden experimentar mejoras significativas en su salud gastrointestinal.

Algunos perros muestran una tendencia a vomitar en las primeras horas de la mañana o al inicio de la noche, presentando una pequeña cantidad de vómito, generalmente amarillento y espumoso. Este fenómeno, comúnmente conocido como «vómito de bilis con el estómago vacío», tiene un nombre médico más preciso: el «síndrome de vómitos biliosos». La bilis, un líquido producido por el hígado para ayudar en la digestión, regresa al estómago en lugar de permanecer en el intestino delgado, causando irritación en el revestimiento estomacal.

Causa Teórica:

La causa precisa del síndrome de vómitos biliosos aún es desconocida, pero una teoría ampliamente aceptada implica la combinación de una disminución en la motilidad estomacal y un esfínter débil entre el estómago y el intestino delgado. Esto permite que la bilis se desplace en sentido contrario al estómago, irritándolo y provocando el vómito.

Otras Causas de Vómitos:

Dado que el vómito puede ser un síntoma de diversas afecciones, es crucial descartar otras posibles enfermedades antes de atribuirlo al síndrome de vómitos biliosos. Algunas de las condiciones que podrían causar vómitos crónicos incluyen:

  • Enfermedad de Addison (glándulas suprarrenales hipoactivas)
  • Cáncer
  • Alergias alimentarias
  • Cuerpos extraños gástricos
  • Gastritis / Úlceras
  • Helicobacter pylori (bacteria causante de vómitos crónicos)
  • Hernia de hiato
  • Enfermedad inflamatoria intestinal (EII)
  • Parasitosis intestinal
  • Pancreatitis
  • Fisalopterosis (infección con gusanos estomacales)
  • Cuerpos extraños intestinales

Diagnóstico y Tratamiento:

El diagnóstico comienza con un examen físico y análisis de sangre, incluyendo pruebas específicas para descartar enfermedades como la enfermedad de Addison y pancreatitis. Otras pruebas, como radiografías, ecografías abdominales, endoscopias y biopsias, pueden ser necesarias según los resultados iniciales.

Para descartar alergias alimentarias, se recomienda una dieta de prueba con proteínas hidrolizadas. La presencia de gusanos estomacales (Physaloptera) puede requerir un tratamiento empírico, ya que no se detectan fácilmente en pruebas fecales de rutina.

En casos de infección por Helicobacter pylori, la diagnosis puede ser desafiante, y se puede considerar un tratamiento empírico. La metoclopramida, cisaprida o eritromicina, junto con gastroprotectores como el sucralfato, pueden ser utilizados para mejorar la motilidad gástrica y reducir la sensibilidad estomacal.

En resumen, aunque el síndrome de vómitos biliosos se considera una afección benigna, es esencial abordar cualquier malestar crónico en los perros y realizar un diagnóstico adecuado antes de iniciar un tratamiento específico. Con pasos graduales, como proporcionar pequeñas comidas antes de acostarse, dividir las raciones diarias en porciones más pequeñas y utilizar medicamentos según sea necesario, muchos perros pueden experimentar mejoras significativas en su salud gastrointestinal.

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Algunos perros muestran una tendencia a vomitar en las primeras horas de la mañana o al inicio de la noche, presentando una pequeña cantidad de vómito, generalmente amarillento y espumoso. Este fenómeno, comúnmente conocido como «vómito de bilis con el estómago vacío», tiene un nombre médico más preciso: el «síndrome de vómitos biliosos». La bilis, un líquido producido por el hígado para ayudar en la digestión, regresa al estómago en lugar de permanecer en el intestino delgado, causando irritación en el revestimiento estomacal.

Causa Teórica:

La causa precisa del síndrome de vómitos biliosos aún es desconocida, pero una teoría ampliamente aceptada implica la combinación de una disminución en la motilidad estomacal y un esfínter débil entre el estómago y el intestino delgado. Esto permite que la bilis se desplace en sentido contrario al estómago, irritándolo y provocando el vómito.

Otras Causas de Vómitos:

Dado que el vómito puede ser un síntoma de diversas afecciones, es crucial descartar otras posibles enfermedades antes de atribuirlo al síndrome de vómitos biliosos. Algunas de las condiciones que podrían causar vómitos crónicos incluyen:

  • Enfermedad de Addison (glándulas suprarrenales hipoactivas)
  • Cáncer
  • Alergias alimentarias
  • Cuerpos extraños gástricos
  • Gastritis / Úlceras
  • Helicobacter pylori (bacteria causante de vómitos crónicos)
  • Hernia de hiato
  • Enfermedad inflamatoria intestinal (EII)
  • Parasitosis intestinal
  • Pancreatitis
  • Fisalopterosis (infección con gusanos estomacales)
  • Cuerpos extraños intestinales

Diagnóstico y Tratamiento:

El diagnóstico comienza con un examen físico y análisis de sangre, incluyendo pruebas específicas para descartar enfermedades como la enfermedad de Addison y pancreatitis. Otras pruebas, como radiografías, ecografías abdominales, endoscopias y biopsias, pueden ser necesarias según los resultados iniciales.

Para descartar alergias alimentarias, se recomienda una dieta de prueba con proteínas hidrolizadas. La presencia de gusanos estomacales (Physaloptera) puede requerir un tratamiento empírico, ya que no se detectan fácilmente en pruebas fecales de rutina.

En casos de infección por Helicobacter pylori, la diagnosis puede ser desafiante, y se puede considerar un tratamiento empírico. La metoclopramida, cisaprida o eritromicina, junto con gastroprotectores como el sucralfato, pueden ser utilizados para mejorar la motilidad gástrica y reducir la sensibilidad estomacal.

En resumen, aunque el síndrome de vómitos biliosos se considera una afección benigna, es esencial abordar cualquier malestar crónico en los perros y realizar un diagnóstico adecuado antes de iniciar un tratamiento específico. Con pasos graduales, como proporcionar pequeñas comidas antes de acostarse, dividir las raciones diarias en porciones más pequeñas y utilizar medicamentos según sea necesario, muchos perros pueden experimentar mejoras significativas en su salud gastrointestinal.

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