Un hombre hospitalizado perdió las ganas de vivir y encuentra fuerzas cuando su perro viene de visita
El amor y la lealtad que recibimos de nuestros compañeros peludos son más profundos de lo que las palabras pueden expresar y se vuelven esenciales para nuestro bienestar, al igual que la comida o el agua. Estos vínculos a menudo van mucho más allá de lo que esperamos y tocan nuestros corazones de maneras que incluso pueden cambiar nuestras vidas. Los perros son los mejores amigos del (humano)hombre, y si alguna vez dudaste de ese sentimiento por un segundo, esta historia te demostrará que es 100% cierto.

Esta hermosa conexión resultó cierta para un anciano llamado Valdir Zabel, cuya vida dio un giro notable cuando se reunió con su amado perro, Preta, durante un momento crítico en el hospital.
Valdir encontró a Preta por primera vez hace cuatro años cuando apareció abandonada afuera de su casa. Sin dudarlo, él la acogió y le dio un hogar amoroso. A partir de ese momento se formó un vínculo inseparable entre ambos. Preta se convirtió en algo más que una mascota: era la compañera constante y la mejor amiga de Valdir.

Valdir, que ahora tiene 73 años, enfermó gravemente y tuvo que ser ingresado en el hospital, donde su condición empeoró rápidamente. Su salud se deterioró tan gravemente que lo internaron en la UCI. Sin embargo, la enfermedad física no era la única preocupación. Los médicos notaron que el estado emocional de Valdir estaba disminuyendo con la misma rapidez y su perspectiva parecía sombría.
Aunque el personal médico hizo todo lo posible, quedó claro que el espíritu de Valdir estaba flaqueando. Fue entonces cuando un psicólogo del hospital que había estado hablando con él se dio cuenta de lo mucho que Preta significaba para él. Valdir no podía dejar de hablar de su amado perro y el psicólogo sabía que su vínculo podría ser la clave para ayudarlo a sanar.

Después de comunicarse con la hija de Valdir, Lisi, la psicóloga descubrió que Preta también estaba luchando sin su dueño. Se había vuelto visiblemente triste e inquieta y se negaba a comer. Extrañaba terriblemente a Valdir. Al escuchar esto, el psicólogo sugirió llevar a Preta al hospital, creyendo que ver a su perro podría levantarle el ánimo a Valdir y provocar un cambio en su condición.

Con el apoyo de la familia de Valdir y el personal del hospital, planearon cuidadosamente el reencuentro. El día de la visita, cuando Preta llegó a las puertas del hospital, llevaron suavemente a Valdir en un carrito del hospital para recibirla.
En el momento en que sus miradas se encontraron, Valdir quedó abrumado por la emoción. Las lágrimas corrían por su rostro y Preta, fuera de sí de alegría, meneaba la cola salvajemente. Mientras se abrazaban, fue como si el peso de la enfermedad de Valdir se desvaneciera. El amor y la felicidad de ese momento conmovieron a todos los que lo presenciaron. No hubo ni un solo ojo seco entre el personal.

Pero la parte más increíble de la historia llegó apenas unos días después. Después del reencuentro, la salud de Valdir comenzó a mejorar rápidamente. Cuatro días después de ver a Preta, se encontraba lo suficientemente estable como para ser dado de alta de la UCI, con planes de regresar a casa pronto.
Un hombre dejó que sus siete perros se deterioraran lentamente en su casa de los horrores

El hombre responsable enfrenta cargos por delitos graves, pero nunca más se le debe permitir poseer o cuidar animales.
Esta conmovedora reunión sirve como un poderoso recordatorio del papel que desempeñan los animales en nuestras vidas. Preta no era sólo la mascota de Valdir: era un salvavidas, un ángel guardián en su hora más oscura. A veces, basta con el amor de un perro para sanar las heridas más profundas, tanto físicas como emocionales.